miércoles, julio 25, 2012

Agobio.

Te crees muy rudo y cool por fumar, beber y enfiestarte seguido, por presumir tus fotos en tu perfil. Sólo veo vacío en tus ojos y pensar que otros te ven y se sienten mal por no poder hacer eso, otros que se agobian por no estar así.

Son muchos los agobios que crea la sociedad para aquellos que no desean vivir de la manera como ella ordena.

sábado, julio 21, 2012

Divagando.


He notado que desde un tiempo a mí y a mis vecinos no nos llega ningún recibo o catálogos ni propaganda ni nada que tenga que ver con el servicio postal, imagino que el cartero responsable quiere que salgamos a preguntar al de a lado y de paso empezar a conocernos, de ser así; admito que es un plan muy ingenioso, crear caos para que apreciemos esas pequeñas cosas que le dan sentido a la vida, el problema es que conmigo no funcionará.

O quizá es otra cosa y yo sólo estoy divagando.

miércoles, julio 18, 2012

Odio esto.


Quería escribir algo sobre la educación pública pero terminé pensando en las cosas que más odio.



* Las personas que insisten mucho aún después de un rotundo NO.

* Las personas interesadas.

* Las personas insistentes e interesadas.

* Los candados y configuraciones innecesarias en los perfiles de cualquier red social, por qué nunca es suficiente usar un condón en la vida real pues ahora en la virtual también.

* La temporada de fútbol que comienza el sábado. Olvidemos nuestros salarios, gastemos en alcohol y boletos carísimos. Seamos violentos mientras nuestros políticos nos joden con algún impuesto nuevo. ¡Viva el fútbol!


* Odio ver a tipos interesados que quieren hacerse amigos de cualquiera malgastando -o invirtiendo como le dicen ellos- un poco de alcohol barato.



* Odio a los intermediarios en el trabajo, aquellos tipos que sólo buscan robarte el sueldo por llegar tarde o faltar un día, por algo mínimo te quitan más de lo que ganas y ellos muy tranquilos se lo gastan en lujos que te permites una o dos veces al mes, ya sea comer bien o divertirte.


* Odio a mi ciudad, a sus habitantes que me atropellan con sus pesos muertos.



* Odio a los conductores neuróticos.


* Odio la doble moral de esta ciudad.

* Odio a los políticos que sólo piensan en el coche que van a comprar con su nueva plaza.

* Odio quedarme quieto mientras la vida pasa junto a mí.


* Odio no poder celebrar el sol y olvidar la muerte.

* También me odio a mí mismo... a veces.

domingo, julio 08, 2012

Hasta el fin.


Quiero que sepas que hoy puedo terminar con esto, me hacía sentir jodidamente bien y mal lo que estaba a punto de hacer.


En plena fiesta, me abrí paso entre los invitados y fui directo a él, entre el ensordecedor bombo y clásico "tss-tss" de un duro electrónico grite ¡Sabes lo que quiero! Ahora la multitud daba cuenta de mi presencia. ¡Sabes a que he venido! - dije en voz alta mientras sacaba una pistola. Ahora la multitud retrocedía invadida por el miedo.


¿Qué es lo que quieres? - me preguntó con una sonrisa burlona, como si supiera que apenas podía mantener firme el arma.


Disparar, matar. Eso fue lo que pensamos al mismo tiempo. Hubo un ruido muy fuerte y sentí el impacto de los disparos y mientras me tambaleaba le dí, su cuerpo cayó hacia atrás manchando de sangre el piso y a los que le rodeaban. Yo seguía de pie pero me encontraba muy mal. Entonces perdí el conocimiento.


Lo que me despertó fue el dolor la falta de aire, me dolía el pecho y no podía ver nada, en las sombras sólo veía destellos de violeta y verde.


Escuchaba voces muy cerca, casi encima de mí. Lo comprendí en una fracción de segundo, estaba encerrado en un cuarto, sentado en una silla de madera, escuchaba voces, al parecer mis captores discutían por mí. Deseaba estar lejos de allí, pensaba ¿No podría irme a un millón de kilómetros de distancia?


Mis pensamientos viajaron al pasado, cuando la conocí.


Jueves por la noche, catorce de junio, once de la noche. Todo fue en ese bar, "Underground" se llamaba. La había visto un par de veces y  una que otra de mis amigas la conocían, algunas ocasiones insistí en que quería conocerla, pero siempre era lo mismo: "ella no es legal" me decían, "no es bueno que pienses en ella" me advertían.


Antes de hacer nada y con ayuda de un amigo le robe un montón e hicimos parecer que todo fue obra de algún rival, con ese dinero te podrías ir lejos, ser libre.


Se abrió una puerta, vi un poco de luz mientras alguien bajaba las escaleras, se detuvo frente a mí, me pregunto por ti y por qué había hecho todo esto. Nunca lo sabrán -dije. Lo último que sentí fue un arma en mi sien.


miércoles, julio 04, 2012

La nueva ciudad...

La maldad en mi ciudad es puntual, despierta a las siete de la mañana en punto cada día del año al igual que sus putas, sus políticos corruptos, sus alcohólicos y sus sicarios de trece años.

La frialdad y el descaro son los valores de esta nueva generación.

El sol calienta la cabeza de la gente, los vuelve locos. La maldad está aquí en la tierra, hace arder los pocos bosques que tenemos, estos se incendian cada vez con más frecuencia. El hombre del tiempo anuncia que nuestra temporada de lluvias se acorta y la de sequías aumenta.

Mi ciudad presume de ser una sociedad tipo uno cuando en realidad es un tipo cero donde cualquiera puede morir repentinamente por pisar la calle equivocada en el momento equivocado por más seguridad que prometa el gobernador de turno.

A veces pienso en irme lejos, muy lejos de está ciudad, pienso esto cada mañana mientras avanzó esquivando conductores alterados, malhumorados dentro de sus coches, coches hermosos y brillantes con llamas saliendo del radiador bajo un cielo con nubes sin agua.