viernes, junio 10, 2011

La chica luto

Me encuentro en el camion, en el tercer asiento del lado de la ventanilla cuando la veo abordar. Lo que atrae mi atención en primer lugar es su extraordinaria belleza y nadie parece notarla ni a ella ni a su vestimenta que consiste en una simple falda morada y blusa negra de manga larga, lo usual en un riguroso luto.


Parece que recién salida de un funeral ¿Quién en su sano juicio se sube al camión con esa ropa? -pienso.


La señora que viene sentada a mi lado se ha levantado y entonces ella se sienta junto a mí y así puedo apreciar mejor sus rasgos; cabello largo, lacio y tan negro como su ropa, labios finos, y sombra en los ojos.


Aprovechando que llevo mis gafas de sol, de vez en cuando volteo disimuladamente para observarla por el lateral de las lentes, admito que tengo que reprimir el deseo de entablar una conversación con ella.


En este momento, abre su bolso -por respeto evito ver su contenido- después de unos segundos veo entre sus manos un velo de un azul que nunca había visto y cuidadosamente lo pasa por su cabeza con una mano mientras con la otra sujetaba un espejito para poder ver que quedara en la posición correcta, inmediatamente guarda el espejo.


No quiero perturbarla así que me quedo en silencio hasta que en un semáforo el camión hace un alto el cual ella aprovecha para bajar de la unidad, no puedo verla por última vez ya que sale por la puerta de atrás y no por la delantera como supuse que haría.


¿La veré de nuevo algún día? ¿Alguien más la habrá visto? -pienso


No lo sé; veo a las demás personas y sólo percibo que están más preocupadas en llegar a tiempo a sus hogares y poder sintonizar el programa de moda de la tele local y no en apreciar algo tan inusual en un recorrido tan rutinario como lo es el de trabajo-casa.

martes, junio 07, 2011

Odio esto.

Odio esto, odio el clima, odio la ciudad donde vivo, odio a los conductores pendejos que se cruzan los semáforos en la avenida que cruzo todos los días al salir de la oficina, odio a mis compañeros traidores, aquellos que me sabotean y hablan pestes de los ausentes.

Odio a todos los que dicen que soy un puto freak, odio a los que se refieren cariñosamente a mí como "el raro" "el amarguetas" aquel que se inventa problemas para sentirse especial y no socializa para parecer un lobo estepario, un hombre misterioso, una persona interesante.

Odio que no tengan memoria, odio que no sientan y odio que sean tan insensibles ante lo que pasa a su alrededor.

Curiosamente todo ese sentimiento se va repentinamente cuando comprendo que todos los días lucho por parecer un poco común cuando ustedes simplemente lo son.

Y de esta manera poder llevarme lo suficientemente bien con ustedes, mientras no lleguemos a los golpes o insultos innecesarios y mantenido los roces por debajo de lo normal ambos habremos tenido un excelente día.

sábado, junio 04, 2011

Lo que opino del clima actual de la ciudad en 500 palabras.

Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. Es una puta mierda. 

miércoles, junio 01, 2011

Cronometrados.

Odio estar siendo reestructurado en mi trabajo.


Odio estar siendo relevado de mi puesto y no poder hacer mucho por evitarlo.


Odio que unos consultores hipócritas que dicen trabajar por gusto con la empresa pero que en verdad renunciaron a su antiguo empleo y no los contrataron en donde prometieron decidan cuando y como debo hacer las cosas; cosas que por cierto no han realizado.


Odio los nuevos términos de productividad que nos imponen, "hacer más con menos" en vez de hacer más con lo mismo.


Odio que me corten el internet en la oficina sólo por que algún pendejo se metió al facebook la semana anterior.


Odio tener a un compañero que me sabotea no en persona sino con correos electrónicos la mitad del tiempo.


Odio estar cronometrado en mis actividades y hacer trabajos mediocres por el límite de tiempo.


Odio ser el único que se da cuenta de que con este sistema podrán despedir a quien consideren innecesario por perder el tiempo y que sólo se tomo dos horas de más en salir a comer cada quincena y a ustedes solo les importa el resultado de los partidos de fútbol.


Regresaré el lunes temprano y con algo de suerte la mitad de ustedes habrá faltado.